El aprendizaje online es muy distinto al que se puede llevar a cabo en un aula tradicional. No existe una interacción cara a cara con el maestro ni con el resto del alumnado, puede haber demora en el sonido o el vídeo, controlar los turnos de palabra se convierte en una misión imposible… y lo peor, la atención hacia la materia se vuelve frágil y limitada.
Por ello, se hace necesario conocer qué herramientas nos permiten hacer los contenidos atractivos y cómo redirigir la atención de nuestros alumnos cuando se distraen.
A continuación, explico 3 estrategias que considero esenciales cuando quiero que mis alumnos estén atentos en mis clases online.
Estrategia 1: Modula tu energía
Es indudable que una imagen más nítida y mejor sonido hacen que una clase online gane en calidad. Cómo oímos y vemos el contenido ayuda a que sea más fácil procesar la materia. Pero, además de garantizar un mejor experiencia educativa, la voz y los gestos ayudan a expresar la energía que el maestro proyecta en su clase. Es por esto que, el primer punto de este post tiene que ver con los inputs visual y auditivo, y la energía que transmiten.
Aunque parece una estrategia más que obvia, hay que entender que tanto en las clases online como en las aulas presenciales, es imposible dar el 100% de energía. Y menos si probablemente tengas más de 3 clases seguidas. Por este motivo, más que tener un nivel de energía alto durante TODA la clase, es mejor MODULAR dicha energía para focalizarla en los momentos de la clase que más la necesitas.
Para poder enfatizar secciones o contenidos de nuestra clase online, podemos utilizar distintas técnicas capaces de traspasar las pantallas y ganar esa atención que se nos ha perdido por el camino:
Juega con tu voz
Tu voz es una de tus mejores herramientas. No caigas en la espiral monótona que aburre hasta a las ovejas. Disfruta captando la atención de tus estudiantes jugando con tu voz en las clases. Aunque hay muchas técnicas vocales que puedes utilizar, quiero destacar tres dimensiones a tener en cuenta: velocidad, entonación y volumen.
- Alterando la velocidad de tus intervenciones puedes añadir un elemento de entretenimiento. Puedes hablarles muy lento como un robot, o pedir que te contesten lo más rápido que puedan. También puedes facilitar la comprensión de un concepto complicado si lo explicas de forma más lenta, o amenizar un repaso yendo algo más deprisa de lo normal.
- Cambia la entonación cuando estás explicando la materia. Trata de añadir musicalidad al introducir un juego que pienses que pueda interesarles, cambiar tu tono si estás bromeando, usar un tono más enigmático para darle más interés a una pregunta… o quitar cualquier tipo de entonación para que tu discurso no suene igual. Deja que tu voz emocione, en el sentido de que muestre una gama amplia de emociones.
- Y, por último, puedes utilizar distintos volúmenes para cambiar la dinámica de la clase. Cuando quiero captar la atención de un alumno suelo hablarle en voz muy bajita, de esta manera tiene que prestar más atención para averiguar qué es lo que estoy diciendo. Las subidas y caídas de volumen en nuestro discurso, no dejan indiferentes al oyente. Anímales a imitarte en las respuestas y seguro que se lo pasan genial en clase.
Es importante tener en cuenta que si eres percibido como monótono, puede que se te perciba como alguien carente de energía y, por tanto, alguien carente de interés. No obstante, intenta planificar los momentos en los que quieras jugar con tu voz. Si lo haces de forma reiterativa, sin ton ni son, podría perder el efecto deseado. El factor sorpresa es esencial para evitar que perdamos la atención de nuestro alumnado.
Ausencia de voz
Aunque pueda parecer paradójico, otra forma de captar su atención es con la ausencia de voz.
Puedes usar gestos sencillos para poder dar indicaciones en algunos momentos puntuales, como poner un dedo en los labios para pedir silencio con un aura de misterio, o un gesto de escucha poniendo la mano en la oreja antes de anunciar la siguiente actividad.
En las clases de inglés me gusta pedir que vocalicen algunas palabras clave sin voz, exagerando el movimiento de la boca, por ejemplo. De esta forma consigo que sean más conscientes de los órganos bucofonatorios que utilizamos en la pronunciación de determinadas palabras.
Utiliza tu cuerpo
Sí. Utiliza tus manos, hombros, ojos, boca, levántate, desplázate, señala partes de tu cuerpo… en definitiva, muévete. Esto es una estrategia win-win porque al moverte, llamarás más la atención y es probable que también te sientas más revitalizado al cambiar de postura. Piénsalo de la siguiente manera: ¿qué te gusta más? ¿Un orador móvil y estático en una charla TED o uno que acompaña su mensaje con un lenguaje corporal más dinámico?
En las clases online pasa de forma similar. Los niños tienen la necesidad de ver pasión en el emisor del mensaje. Aunque no es algo exclusivo de las clases online, también es necesaria en las aulas presenciales.
La diferencia es que los niños y niñas esperan ver dinamismo en las pantallas de los ordenadores o tabletas. Están condicionados por sus experiencias previas con estos dispositivos electrónicos. Además, al estar en su casa, tienen miles de distracciones cerca de ellos. Y, no olvidemos, están en SU entorno, uno en el que han establecido sus propias reglas.
Por ello, si acompañas tu explicación con gestos, expresiones faciales, movimientos y dinamismo en general, facilitarás los niveles de concentración.
Estrategia 2: Planifica y divide las sesiones
Una de las partes más importantes de toda clase es la planificación de las sesiones. No sólo hemos de planificar qué contenido o actividades hacer por sesión, sino cuál es el orden idóneo y cuánto tiempo queremos que ocupe cada segmento de la clase.
El tiempo es clave a la hora de planificar tu sesión. Aunque aprender a realizar raíces cuadradas sea el objetivo más importante del temario de esa semana, intenta que el tiempo de explicación no exceda el tiempo límite de concentración de tus estudiantes. Es mejor dosificar el contenido. Cada actividad que diseño no suele exceder los 15 minutos en niños de primaria o los primeros ciclos de ESO, y 10 minutos en infantil.
¿Significa esto que solo hay 10 minutos de contenido en mis clases? No. Significa que busco otros formatos (juegos, vídeos, dinámicas…) para tratar el mismo tema sin que parezca la misma actividad.
En cuanto al orden, existen diversas formas de planificar una sesión, pero la estructura más sencilla posiblemente sea: toma de contacto (inicio), desarrollo de la actividad principal y vuelta a la calma (cierre de la sesión). Personalmente, recomiendo intentar combinar y realizar actividades más activas (en las que se hable y participe más) con otras más tranquilas (en las que se escuche o escriba/dibuje), para permitir que haya variedad y dinamismo en la sesión.
Una vez que diseñes tu clase delimitando bien los objetivos que quieras alcanzar, asegúrate de planear rutinas al inicio de cada actividad y transiciones entre las actividades. Dichas rutinas y transiciones no tienen que ser muy largas, han de durar lo suficiente para prepararnos para la próxima tarea.
¿Qué son las rutinas? Son estructuras de hábitos que se repiten con frecuencia para apoyar acciones o comportamientos en el aula, de forma predecible, centrada y fluida. Ayudan a pautar y anticipar el flujo de la sesión didáctica. Cuando se acaban automatizando, las rutinas liberan tiempo de procesamiento cognitivo.
Un ejemplo puede ser repasar las palabras nuevas que se han aprendido en la clase de inglés al final de clase. De esta forma, los niños anticipan y saben que han de estar atentos a los términos aprendidos porque saben que se les va a preguntar por ellos al terminar la sesión.
Las rutinas son necesarias para el aprendizaje en todas las etapas educativas justamente por este motivo: nos ayudan a anticipar. Cuando anticipamos el aprendizaje, aprendemos mejor, ya que podemos regular mejor nuestras emociones, el estrés, y nos prepara mentalmente para la sesión, actividad o acción. Aquí tienes algunas ventajas de utilizar rutinas en tus clases:
- Ayudan a gestionar mejor el aula. No necesitamos estar recordándoles constantemente qué tienen que hacer. El papel del alumno es claro y reiterativo a lo largo de todas las lecciones o actividades. También nos ayudan a ahorrar tiempo y hacer la clase más dinámica.
- Permiten concentrarnos mejor en tareas que no son rutinas. Al tener automatizadas las rutinas, podemos poner el piloto automático y dejar descansar un poco nuestro cerebro, dejándolo preparado para los retos que vendrán después. En las etapas de niños más peques, también permiten tener control sobre el paso del tiempo (ej.: después de la rutina de la canción, viene la despedida).
- Aumentan el autoestima y confianza en el alumnado. Al saber exactamente qué tienen que hacer, el riesgo de error es mínimo. Por lo tanto, el alumno puede participar sin miedo a equivocarse delante de los demás.
- Ayudan a organizarnos y pautar el aprendizaje. Como formas de estructurar el aprendizaje, nos ayudan a aprender cómo estructurar actividades en la vida cotidiana. Por ejemplo, antes de empezar con el dictado, nuestra rutina es mirar nuestra lista para asegurarnos que tenemos un lápiz, papel y una goma de borrar.
En definitiva, en clase es muy beneficioso darles a los niños la oportunidad de controlar el entorno. Si seguimos un horario, unas rutinas y una estructura concreta durante la sesión, los niños sabrán qué se espera de ellos, qué pueden esperar de la clase y cómo actuar frente a esta demanda.
Estrategia 3. Utiliza una metodología dinámica
Traspasar la pantalla con energía y vivacidad es más fácil si utilizas metodologías dinámicas que faciliten el desarrollo de la clase.
Antes hemos hablado de qué dimensiones puedes trabajar con tu voz. A continuación, hablaremos de otras técnicas que pueden serte muy útiles para tus clases online.
Enseñanza multimodal
Como explicamos en el post Neuromitos en Educación, los niños y niñas aprenden mejor cuando integran los estímulos utilizando más de un sentido. Procesar la misma información a través de distintos canales nos permite procesar mejor y, por tanto, aprender mejor. Por ello, no limites las experiencia didáctica usando solo un input auditivo.
Anímate a usar apoyos visuales (además de los auditivos), tanto en clase de ciencias naturales como de inglés: usa flashcards, realia, gestos, tu cuerpo, movimiento, presentaciones en Powerpoint compartiendo tu pantalla, vídeos… Cualquier cosa que ayude a que tus alumnos entiendan mejor el contenido.
En los etapas educativas de infantil y primaria, encuentro muy útil el uso de canciones para introducir conceptos. Si tienen un baile, mejor que mejor. En las etapas de niños más mayores, siempre se puede buscar un vídeo corto introductorio de cualquier tipo de contenido.
No te sientas culpable por utilizar vídeos. Los niños necesitan ver ese dinamismo y cambio de formatos cuando están en sus ordenadores o tabletas digitales. Pero ten en cuenta que es un complemento, no la totalidad de la clase.
Total Physical Response (TPR)
Si eres profesor de inglés es más que probable que ya conozcas esta técnica. Consiste en vincular conceptos, palabras o estructuras gramaticales con actividades, gestos o movimiento físico.
Hay un sinfín de razones por las que esta técnica es beneficiosa, pero las más evidentes son que hacen la clase mucho más amena, por lo que mantiene a los alumnos interesados más tiempo. Como los niños asocian un concepto con un gesto, ayuda a aprender mejor.
Existe una diferencia clara entre ser más expresivo corporalmente en clase (como hemos mencionado en el punto 1) y utilizar TPR. Esta técnica creada por el Doctor James J. Asher requiere planificación y constancia. No vale utilizar un gesto distinto cada vez que expliques el mismo término. El objetivo final es que los niños, al ver un gesto, puedan decir o saber la palabra a la que se ha asociado.
A continuación puedes ver una pequeña demostración de TPR en el aula tradicional y en una clase online para Educación Infantil y si quieres saber un poco más, puedes leer este post.
En conclusión…
Aunque pueda dar un poco de vértigo el cambio de clases tradicionales a clases online, el truco es conseguir no perder su interés.
Llevando a cabo distintas estrategias para llamar su atención y mantener cierto dinamismo en la estructura de la clase, harás que el tiempo pase volando y que los alumnos participen animadamente en la mayoría de los casos. Recuerda que a los alumnos les gustaría ver algo que les suscite interés, si no lo ven, querrán “cambiar de canal“, lo mismo que haríamos nosotros si nos aburriera lo que vemos en nuestro ordenador o TV.
¿Qué estrategias utilizas tu en tus clases online? Si quieres conocer más técnicas para mantener a tus alumnos motivados y atentos durante tus clases, visita: ¡Estrategias para mantener la atención en tus clases online Parte 2!
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